...Dondequiera que vaya,
con quienquiera que esté,
pueda yo sentirme inferior a los demás y,
desde lo más hondo de mi corazón,
considerarles a todos sumamente preciosos...
...Que sea yo capaz de examinar mi mente en todas las acciones,
y también en el momento en que
aparezca un estado negativo,
ya que nos pone en peligro a mí mismo y a los demás...
...Cuando una persona a quien
he ayudado,
o en quien he depositado
todas mis esperanzas
me daña muy injustamente,
pueda yo verla como a un amigo sagrado...
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