“..Ten en cuenta que el gran amor y los grandes logros requieren grandes riesgos y la amistad sólo puede tener lugar a través del desarrollo del respeto mutuo y dentro de un espíritu de sinceridad. Por eso si no perdonas por amor, perdona al menos por egoísmo, por tu propio bienestar.
Si nuestra mente se ve dominada por el enojo, desperdiciaremos la mejor parte del cerebro humano: la sabiduría, la capacidad de discernir y decidir lo que está bien o mal, recordemos que la muerte nos iguala a todos. Es la misma para un hombre rico que para un animal salvaje. Tampoco no debemos creer demasiado en los elogios. La crítica a veces es muy necesaria. Es muy triste que la religión pueda ser usada como un instrumento para crear divisiones y provocar más pelea, es un hecho muy desafortunado.
Si deseas felicidad de los demás, sé compasivo. Si deseas tu propia felicidad, sé compasivo, por eso si alguna vez no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás. No olvides que el medio para hacer cambiar de opinión es el afecto, no la ira. El éxito y el fracaso dependen de la sabiduría y la inteligencia, que nunca pueden funcionar apropiadamente bajo la influencia de la ira.
Aunque haya religiones diferentes, debido a distintas culturas, lo importante es que todas coincidan en su objetivo principal: ser buena persona y ayudar a los demás, por eso casi todas las cosas buenas que suceden en el mundo, nacen de una actitud de aprecio por lo demás. Tanto el creyente como el no creyente son seres humanos. Debemos tenernos un gran respeto. Es mucho mejor hacer amigos, comprenderse mutuamente y hacer un esfuerzo para servir a la humanidad, antes de criticar y destruir. La tolerancia y la paciencia son mucho más profundas y efectivas que la mera indiferencia…”
Si nuestra mente se ve dominada por el enojo, desperdiciaremos la mejor parte del cerebro humano: la sabiduría, la capacidad de discernir y decidir lo que está bien o mal, recordemos que la muerte nos iguala a todos. Es la misma para un hombre rico que para un animal salvaje. Tampoco no debemos creer demasiado en los elogios. La crítica a veces es muy necesaria. Es muy triste que la religión pueda ser usada como un instrumento para crear divisiones y provocar más pelea, es un hecho muy desafortunado.
Si deseas felicidad de los demás, sé compasivo. Si deseas tu propia felicidad, sé compasivo, por eso si alguna vez no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás. No olvides que el medio para hacer cambiar de opinión es el afecto, no la ira. El éxito y el fracaso dependen de la sabiduría y la inteligencia, que nunca pueden funcionar apropiadamente bajo la influencia de la ira.
Aunque haya religiones diferentes, debido a distintas culturas, lo importante es que todas coincidan en su objetivo principal: ser buena persona y ayudar a los demás, por eso casi todas las cosas buenas que suceden en el mundo, nacen de una actitud de aprecio por lo demás. Tanto el creyente como el no creyente son seres humanos. Debemos tenernos un gran respeto. Es mucho mejor hacer amigos, comprenderse mutuamente y hacer un esfuerzo para servir a la humanidad, antes de criticar y destruir. La tolerancia y la paciencia son mucho más profundas y efectivas que la mera indiferencia…”
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