☼ Creer en uno mismo es la base de la personanlidad, el cimiento desde donde se elevará nuestro espíritu... ☼







jueves, 29 de octubre de 2009

No importa tu religión

(Breve diálogo entre el teólogo brasileño Leonardo Boff y Dalai Lama)
En el intervalo de una mesa redonda sobre religión y paz entre los pueblos, en la cual participaba el Dalai Lama y un servidor, maliciosamente, mas también con interés teológico, le pregunté en mi inglés defectuoso: ' Santidad, cuál es la mejor religión?' -Lo que me desconcertó un poco porque yo sabía la malicia contenida en la pregunta
Y afirmó:
La mejor religión es la que te aproxima más a Dios, al Infinito'. Es aquella que te hace mejor.
Esperaba que dijera: El budismo tibetano' o las religiones orientales, mucho más antiguas que el cristianismo....
El Dalai Lama hizo una pequeña pausa, sonrió, me miró fijamente a los ojos Para salir de la perplejidad delante de tan sabia respuesta, pregunté:
' ¿Qué es lo que me hace mejor?'
El respondió: -'Aquello que te hace más compasivo, más sensible, más desapegado, más amoroso, más humanitario, más responsable, más ético.... La religión que consiga hacer eso de ti es la mejor religión.
' Callé, maravillado, y hasta los días de hoy estoy rumiando su respuesta sabia e irrefutable. No me interesa amigo tu religión o si tienes o no tienes religión. Lo que realmente me importa es tu conducta delante de tu semejante, de tu familia, de tu trabajo, de tu comunidad, delante del mundo. Recordemos: El Universo es el eco de nuestras acciones y nuestros pensamientos. La Ley de Acción y Reacción no es exclusiva de la Física. Es también de las relaciones humanas. Si yo actúo con el bien, recibiré el bien. Si actúo con el mal, recibiré el mal. Aquello que nuestros abuelos nos dijeron es la más pura verdad: '
Tendrás siempre el doble de aquello que desees a los otros. Ser feliz no es cuestión de destino. Es cuestión de elección. Cuida tus Pensamientos porque se volverán Palabras.
Cuida tus Palabras porque se volverán Actos. Cuida tus Actos porque se harán Costumbre. Cuida tus Costumbres porque forjarán tu Carácter. Cuida tu Carácter porque formará tu Destino. Y tu Destino será tu Vida.
No hay religión más elevada que la Verdad...

miércoles, 28 de octubre de 2009

La lección de la mariposa

Un día, un hombre sentado al borde del camino bajo un árbol, observó cómo la oruga de una crisálida de mariposa intentaba abrirse paso a través de una pequeña abertura aparecida en el capullo.
Estuvo largo rato contemplando cómo se esforzaba hasta que, de repente, pareció detenerse y que había llegado al límite de sus fuerzas: no conseguiría ir más lejos. O así creía él.
El hombre decidió ayudar a la mariposa: agarró una tijera y ensanchó el orificio del capullo. La mariposa, entonces, salió fácilmente. Pero su cuerpo estaba blanquecino, era pequeño y tenía las alas aplastadas.
El hombre continuó observándola, porque esperaba que, en cualquier momento, sus alas se abrirían y estirarían y el insecto se echaría a volar.
Nada ocurrió. La mariposa vivió poco y murió. Nunca voló, y las pocas horas que sobrevivió las pasó arrastrando lastimosamente su cuerpo débil y sus alas encogidas.
Aquel caminante, con su gentileza y voluntad de ayudar, no comprendió que el esfuerzo necesario para abrirse camino a través del capullo era la manera que Dios había dispuesto para que la circulación de su cuerpo llegara a las alas, y estuviera lista para volar una vez hubiera salido al exterior.
Algunas veces, justamente es el esfuerzo lo que necesitamos en nuestra vida. Si Dios nos permitiese vivir sin obstáculos, quedaríamos inválidos. Nunca llegaríamos a nuestra plenitud.
Por eso...
Pedimos fuerzas.... y Dios nos da dificultades para hacernos fuertes.
Pedimos sabiduría.... y Dios nos da problemas para resolver.
Pedimos prosperidad.... y Dios nos da cerebro y músculos para trabajar.
Pedimos coraje.... Y Dios nos da obstáculos para superar.
Pedimos amor.... Y Dios nos da personas con problemas para ayudar.
Pedimos favores.... Y Dios nos concede oportunidades.
Parece que no recibimos nada de lo que hemos pedido.... pero recibimos todo lo que necesitamos.
Vivamos la vida sin miedo, enfrentemos todos los obstáculos e intentemos superarlos. La ayuda de Dios no nos faltará porque todo eso forma parte de su plan misericordioso sobre nosotros.

El precio de dar en el blanco

Un rey, que en su carruaje pasaba por un pueblo, observó una flecha disparada exactamente en el centro de un blanco, que era el círculo dibujado en el tronco de un árbol.
Intrigado, se dió cuenta que además había en varios sitios otras flechas disparadas, todas con la misma precisión en el centro del blanco.
Sorprendido por la habilidad del arquero, mandó a sus pajes a buscarlo.
Después de algunos minutos encontraron al autor de los certeros disparos. Se trataba de un niño de no más de doce años. - ¿Eres tú el hábil arquero? -preguntó el rey. - Si, -respondió el chiquillo.
- ¿Cómo haces para ser siempre tan certero en tu puntería? preguntó de nuevo el rey.
- Es muy simple, -dijo el muchacho-, primero disparo la flecha y después dibujo el blanco alrededor de ella.
Piensa por un momento si hacemos eso en nuestras vidas con las personas que nos rodean.
A veces juzgamos basados en nuestros prejuicios, les decimos a todos nuestra opinión y después buscamos cómo justificar nuestras ligerezas.
- Primero disparo y después pregunto - A veces cometemos errores o maltratamos a los que nos rodean.
En vez de aceptar nuestra responsabilidad, nos ponemos a la defensiva y tratamos de justificar nuestra actitud.
¿Cuánta energía de vida desperdiciamos justificando actitudes con las que sólo pretendemos cubrir nuestros errores, miedo o inseguridades?
¿Cuánto daño innecesario nos causamos a nosotros mismos y a quienes amamos?
¿Qué precio pagamos con estas actitudes.? Sólo por hoy elige pensamientos y actitudes positivas. ¡Notarás la diferencia!

lunes, 26 de octubre de 2009

Caminos de la vida

Cuando cortas una flor para ti, comienzas a perderla. Porque marchitará en tus manos y no se hará semilla para otras primaveras.
Cuando aprisionas un pájaro para ti, comienzas a perderlo. Porque ya no cantará para ti en el bosque ni criará otros pichones en su nido.
Cuando guardas tu dinero comienzas a perderlo. Porque el dinero no vale por sí, sino por lo que con él se puede hacer.
Cuando no arriesgas tu libertad para tenerla, comienzas a perderla. Porque la libertad que tienes se confirma cuando decides y eliges.
Cuando no dejas partir a tu hijo hacia la vida, comienzas a perderlo. Porque nunca lo verás volver a ti, libre y maduro.
Recuerda siempre: No existe precio por la Libertad. Pero si, una bellísima recompensa para quien la utiliza con grandeza de alma
Aprende en el camino de la vida la paradójica lección de la experiencia: “Siempre ganas lo que dejas y pierdes lo que retienes...”

Ser mejores personas cada día… (Dalai Lama)

“..Ten en cuenta que el gran amor y los grandes logros requieren grandes riesgos y la amistad sólo puede tener lugar a través del desarrollo del respeto mutuo y dentro de un espíritu de sinceridad. Por eso si no perdonas por amor, perdona al menos por egoísmo, por tu propio bienestar.
Si nuestra mente se ve dominada por el enojo, desperdiciaremos la mejor parte del cerebro humano: la sabiduría, la capacidad de discernir y decidir lo que está bien o mal, recordemos que la muerte nos iguala a todos. Es la misma para un hombre rico que para un animal salvaje. Tampoco no debemos creer demasiado en los elogios. La crítica a veces es muy necesaria. Es muy triste que la religión pueda ser usada como un instrumento para crear divisiones y provocar más pelea, es un hecho muy desafortunado.
Si deseas felicidad de los demás, sé compasivo. Si deseas tu propia felicidad, sé compasivo, por eso si alguna vez no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás. No olvides que el medio para hacer cambiar de opinión es el afecto, no la ira. El éxito y el fracaso dependen de la sabiduría y la inteligencia, que nunca pueden funcionar apropiadamente bajo la influencia de la ira.
Aunque haya religiones diferentes, debido a distintas culturas, lo importante es que todas coincidan en su objetivo principal: ser buena persona y ayudar a los demás, por eso casi todas las cosas buenas que suceden en el mundo, nacen de una actitud de aprecio por lo demás. Tanto el creyente como el no creyente son seres humanos. Debemos tenernos un gran respeto. Es mucho mejor hacer amigos, comprenderse mutuamente y hacer un esfuerzo para servir a la humanidad, antes de criticar y destruir. La tolerancia y la paciencia son mucho más profundas y efectivas que la mera indiferencia…”

Benditos sean

Benditos sean los que tienden la mano para ayudar, los que intentan comprender, los que anhelan compartir.
Benditos sean lo que para dar su opinión no necesitan subirse a ningún podio, los que se hacen tiempo para escuchar y los que saben que siempre hay algo por aprender.
Benditos sean aquellos que tratan de pulir y de borrar sus mezquindades y no simplemente de ocultarlas.
Benditos sean los buenos amigos y el culto a la amistad.
Benditos sean los que llenan las noches de filosofía, los que riegan los caminos hacia la utopía con batallas épicas y los que a cada historia de amor la cargan de locuras.
Benditos sean los que disfrutan del sol y de la luna, del cielo abierto y de la noche cerrada, de escalar la montaña y de zambullirse en el mar.
Benditos sean los que pueden eludir la costra y ver la esencia, los que pueden gozar de la poesía que tiene este mundo maravilloso.
Benditos sean los que no abandonan sus principios ni sus raíces, pero que no se cierran a los cambios ni renuncian a intentar volar.
Benditos sean los que sueñan despiertos, sobre todo si sueñan mejorar el mundo que los rodea, y benditos los que del sueño saltan a la acción.
Benditos los que leen lo que otros escriben, los que escuchan atentamente a quienes tienen necesidad de hablar y los que pierden, a conciencia, para que gane un ser querido.
Benditos sean los que odian el egoísmo, el dolor, y la apatía ante la injusticia.
Benditos sean los que creen que nunca se llega al ideal pero luchan con pasión infatigable por sus ideales.
Benditos sean los que entienden que el amanecer en la playa, el pan recién horneado, la música y las caricias son partes de una fiesta que merecemos todos.
Benditos sean los que piden perdón, los que dicen gracias y los que no se olvidan de decir por favor.
Benditos sean los que aspiran que el mundo tenga lugar suficiente tanto para la hormiga laboriosa como para la cigarra, con su tan necesario arte.
Benditos sean los que quieren abolir las quejas, los que quieren que asciendan mucho los de abajo y desciendan un poco los de arriba, benditos los que quieren que la muerte muera.
Benditos sean los que no subsisten sollozando, mientras esperan el milagro, sino que se proponen forjar algo milagroso.
Benditos sean los que se arriesgan por las causas perdidas, por conquistar corazones y por el bien de los amigos.
Benditos sean los que se arriesgan a mostrar sus sentimientos.
Benditos sean los que se arriesgan.
Benditos sean los que aman la vida.
Benditos sean todos los lugares donde hemos estado, los lugares donde quiero llevarte, los lugares donde estaremos juntos.
Bendito sea el camino que me llevó a conocer tu sonrisa, puerta de tu alma.
Benditos sean tus ojos, porque es bueno que lo sepas, aun en la soledad más profunda me acompaña tu Mirada.

domingo, 25 de octubre de 2009

http://www.youtube.com/user/Desiree646#p/a/u/2/mCScmib9OXk

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Quizás si...

Quizas si... Agregamos un toque de amor a las cosas que hacemos o decimos, trayendo gozo a aquellos que nos rodean con una simple sonrisa.
Si reconociéramos a la gente que nos encontramos en una tienda, o en el cine, o en cualquier lugar, como una parte nuestra, sin tensiones ni recelos, con sentimiento de Paz y de Armonía.
Si cada día hacemos un esfuerzo por ser mejores, más cuidadosos y agradables, entenderíamos que podemos así hacer un mundo mejor.
Si nos maravillamos con la diminuta semilla, que al ser plantada en el suelo crece hasta asombrarnos con su belleza. Y ver que en las pequeñas cosas que llenan la tierra, está el milagro más grande del mundo.
Cada flor, cada árbol, cada niño, son pruebas más allá de toda duda, de un poder más grande que nosotros.
Las altas montañas, el viento que sopla, los alimentos que nos da la tierra....
Si entendiéramos esos pequeños milagros nos daríamos cuenta que la felicidad es algo que creamos en nuestras mentes, que nada tiene que ver con lo que hay 'afuera'.
Es simplemente despertar y comenzar el día contando nuestras bendiciones y elevando los ojos al cielo.
Es dejar de estar constantemente deseando lo que 'nos falta' y hacer lo mejor de lo que si tenemos.
Porque rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita.
Porque es poniendo nuestra parte en lo que la vida nos da, que podemos encontrar contento, y felicidad también.
Quizás si.... después de todo, el milagro existe!

El valor de tu silencio y... de tus palabras

HABLAR; Oportunamente, es acierto. Frente al enemigo, es civismo. Ante una injusticia, es valentía. Para rectificar, es un deber. Para defender, es compasión. Ante un dolor, es consolar. Para ayudar a otros, es caridad. Con sinceridad, es rectitud. De sí mismo, es vanidad. Restituyendo fama, es honradez. Aclarando chismes, es estupidez. Disipando falsedades, es de conciencia. De defectos, es lastimar. Debiendo callar, es necedad. Por hablar, es tontería. De Dios, significa mucho amor. CALLAR; Cuando acusan, es heroísmo. Cuando insultan, es amor. Las propias penas, es sacrificio. De sí mismo, es humildad. Miserias humanas, es caridad. A tiempo, es prudencia. En el dolor, es penitencia. Palabras inútiles, es virtud. Cuando hieren, es santidad. Para defender, es nobleza. Defectos ajenos, es benevolencia. Debiendo hablar, es cobardía. Para poder HABLAR, debemos aprender a CALLAR, pero siempre con acierto y tino, porque si HABLAR es plata, CALLAR es oro. CUANDO CALLAS; También hablas de ti mismo. Un secreto, conozco tu fidelidad de amigo. Tu propio dolor, conozco tu fortaleza. Ante el dolor ajeno, conozco tu impotencia y tu respeto. Ante la injusticia, conozco tu miedo y tu complicidad. Ante lo imposible, conozco tu madurez y dominio. Ante la estupidez ajena, conozco tu sabiduría. Ante los fuertes y poderosos, conozco tu temor y cobardía. Ante lo que ignoras, conozco tu prudencia. Tus propios méritos, conozco tu humildad y grandeza. El Silencio es el tiempo donde el sabio medita, la cárcel de la que huye el necio, y el refugio donde se esconden los cobardes. Siembra para ser tú mismo. Lo que tú haces, habla tan fuerte que no deja escuchar lo que tú dices. Pregona con el ejemplo. Recuerda que tu vida personal, no es una vida privada. Son muchos los ojos que te miran. 'Que tus palabras sean más valiosas que el silencio que rompen'.

La mirada del amor (Bucay)

El rey estaba enamorado de Sabrina: una mujer de baja condición a la que el rey había hecho su última esposa.
Una tarde, mientras el rey estaba de cacería, llegó un mensajero para avisar que la madre de Sabina estaba enferma. Pese a que existía la prohibición de usar el carruaje personal del rey (falta que era pagada con la cabeza), Sabrina subió al carruaje y corrió junto a su madre.
A su regreso, el rey fue informado de la situación.
-¿No es maravillosa?-dijo-Esto es verdaderamente amor filial. No le importó su vida para cuidar a su madre!! Es maravillosa!
Cierto día, mientras Sabrina estaba sentada en el jardín del palacio comiendo fruta, llegó el rey. La princesa lo saludó y luego le dio un mordisco al último durazno que quedaba en la canasta.
-¡Parecen ricos!-dijo el rey.
-Lo son- dijo la princesa y alargando la mano le cedió a su amado el último durazno.
-¡Cuánto me ama!-comentó después el rey-, Renunció a su propio placer, para darme el último durazno de la canasta.¿no es fantástica?
Pasaron algunos años y vaya a saber por qué, el amor y la pasión desaparecieron del corazón del rey.
Sentado con su amigo más confidente, le decía:
-Nunca se portó como una reina…¿acaso no desafió mi investidura usando mi carruaje? Es más, recuerdo que un día me dio a comer una fruta mordida.

Quiero (Bucay)

Quiero que me oigas, sin juzgarme.
Quiero que opines, sin aconsejarme.
Quiero que confíes en mi, sin exigirme.
Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mi
Quiero que me cuides, sin anularme.
Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mi.
Quiero que me abraces, sin asfixiarme.
Quiero que me animes, sin empujarme.
Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mi.
Quiero que me protejas, sin mentiras.
Quiero que te acerques, sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten,
que las aceptes y no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas, que hoy,
hoy podés contar conmigo.
Sin condiciones.

Código de Conductas

Código de conducta con nueve puntos:
1. No albergues rencor y sufre la ira del opo­nente. Rehúsa responder a sus ataques.
2. No te sometas a orden alguna dictada por la ira, aunque haya algún serio cas­tigo a esa desobediencia
3. Evita insultar o maldecir.
4. Protege al oponente del insulto o el ata­que, aun a riesgo de tu vida.
5. No resistas el arresto ni te aferres a propie­dades, salvo como delegado del dueño.
6. Niégate a entregar la propiedad que te confiaron, aun a riesgo de tu vida.
7. Si te toman prisionero, compórtate de modo ejemplar.
8. Como miembro de una unidad satya­graha, obedece las órdenes de los líde­res satyagraha, y en caso de serio desa­cuerdo renuncia a integrar la unidad.
9. No esperes garantías para el sustento de dependientes.

¿Qué es la verdad? (Gandhi)

¿Qué es la verdad? El asunto contiene sus dificultades. En lo que me concierne, las he resuelto diciendo que es la voz interna que nos habla. Me preguntarán: ¿Cómo sucede entonces que hay diversos espíritus que conciben verdades disímiles y hasta opues­tas? Ocurre que el espíritu humano tiene que pasar por innumerables intermediarios antes de elaborar una conclusión, y su evo­lución no es la misma en todos.
En un estado de si­lencio, el alma encuentra el sendero ilu­minado por la luz más clara, y lo que era esquivo y engañoso, es resuelto por una claridad cristalina. Nuestra vida es una prolongada y ardua búsqueda de la ver­dad. Y para alcanzar la cima más elevada, el alma requiere reposo interior.
La verdad es como un inmenso árbol que brinda más y más frutos cuanto más se lo nutre. Cuando más hondo se excava en la mina de la verdad, más ricos son los des­cubrimientos de las gemas allí existentes, lo cual abre todavía mayores variedades de servicio al prójimo.

La ruta interior (Herman Hesse)

Hay momentos en que nuestras acciones -el ir de aquí para allá, el hacer esto o aquello se desenvuelven de modo tan fácil y libre que nos parece como si todo pudiera ser de otro modo. En otros momentos, en cambio, todo aparece como rígido e inmutable, como si nada fuera libre o fácil y hasta nuestra respiración parece determinada por poderes extraños y por un destino fatal.
Las acciones llamadas "buenas" y de las cuales hablamos con placer, corresponden en general a ese tipo "fácil" y son las que olvidamos rápidamente. En cambio, los actos cuya evocación nos molesta, nunca llegamos a olvidarlos. En cierto sentido, son más nuestros que los otros y llegan a proyectar sombras que se prolongan sobre todos los días de nuestra vida.

El arte de la Felicidad (Dalai Lama)

"... Para mí no existe gran distancia entre un viejo amigo y uno nuevo, porque siempre he creído que todos somos iguales; todos somos seres humanos. Naturalmente, puede haber diferencias en cuan­to al bagaje cultural o el estilo de vida, puede haber diferencias en nuestra fe, o quizá tengamos un color de piel diferente, pero todos so­mos seres humanos, compuestos por un cuerpo humano y una mente humana. Nuestra estructura física es la misma, como también lo es nuestra mente y nuestra naturaleza emocional. Cada vez que conoz­co a una persona tengo la sensación de que me encuentro con un ser humano como yo mismo. Creo que con esa actitud resulta mucho más fácil comunicarse con los demásSi somos capaces de dejar las diferencias a un lado, creo que podemos comuni­camos fácilmente, intercambiar ideas y compartir experiencias..."

Notas

Creer en uno mismo siempre!...