☼ Creer en uno mismo es la base de la personanlidad, el cimiento desde donde se elevará nuestro espíritu... ☼







jueves, 20 de octubre de 2011

No perdamos la esperanza


Hubo un momento en el que creíste que la tristeza seria eterna;
Pero, volviste a sorprenderte a ti mismo riendo sin parar.
Hubo un momento en el que dejaste de creer en el amor;
Y, luego apareció esa persona y no pudiste dejar de amarla cada día más.
Hubo un momento en el que la amistad parecía no existir;
y conociste a ese amigo que te hizo reír y lloro contigo y en los momentos difíciles.
Hubo un momento en el que estabas seguro que la comunicación con alguien se había perdido sin remedio;
y encontraste una carta suya en tu buzón.
Hubo un momento en el que una pelea prometía ser eterna;
y antes de entristecerte, termino en un abrazo.
Hubo un momento en que un examen parecía imposible de pasar;
y hoy es un examen mas que aprobaste en tu carrera.
Hubo un momento en el que dudaste de encontrar un buen trabajo;
y hoy puedes darte el lujo de ahorrar para el futuro.
Hubo un momento en el que sentiste que no podrías hacer algo;
y hoy te sorprendes a ti mismo haciéndolo.
Hubo un momento en el que creíste que nadie podía comprenderte;
y alguien puede leer tu corazón.
Así como hubo momentos en que la vida cambio en un instante, nunca olvides que aun habrá momentos en que lo imposible se tornara un sueño hecho realidad.
Nunca dejes de soñar, porque soñar es el principio de un sueño hecho realidad.
Toma de la vida todos los instantes y aprende de ellos Gracias a Dios tenemos amigos ángeles, que siempre estarán allí donde los necesitamos.
No perdamos la esperanza de ser cada día mejores, Aprendamos de cada momento de nuestras vidas.-

miércoles, 19 de octubre de 2011

Las arrugas de la risa


Casi siempre, esa gente se vuelve lacrimosa.
Cuando alguien la encuentra se pone a contarle su desgracias hasta que otra de sus desgracias acaba siendo que nadie quiere encontrársela.
Esto último no le pasó nunca a la tía Ofelia, porque a ella la vida la cercó varias veces con su arbitrariedad y sus infortunios, pero mi tía jamás abrumó a nadie con la historia de sus pesares. Dicen que fueron muchos, pero nadie sabe siquiera cuántos, y menos las causas, porque ella se encargó de borrarlos cada mañana del recuerdo ajeno.
Era una mujer de brazos fuertes y expresión juguetona, tenía una risa suave y contagiosa que supo soltar siempre en el momento adecuado. En cambio, nadie la vio, jamás, llorar.
A veces le dolían el aire y la tierra que pisaba, el sol de amanecer, la cuenca de los ojos. Le dolía como un vértigo el recuerdo y como la peor amenaza el futuro. Un tiempo despertaba a media noche con la certidumbre de que se partiría en dos, segura de que dolor se la comería de golpe. Pero apenas había luz para todos, ella se levantaba, se ponía la risa, se acomodaba el brillo en las pestañas y salía a convivir con los demás como si los pesares la hicieran flotar.
Nadie se atrevió nunca a compadecerla. Era tan extravagante su fortaleza, que la gente empezó a buscarla para pedirle ayuda. ¿Cuál era su secreto? ¿Quién amparaba sus aflicciones? ¿De dónde sacaba el talento que la mantenía erguida frente a las peores desgracias? Un día le contó su secreto a una mujer joven cuya pena parecía no tener remedio:
“Hay muchas manera de dividir a los seres humanos”, le dijo. “Yo los divido entre los que se arrugan para arriba y los que se arrugan para abajo. Y quiero pertenecer a los primeros. Quiero que mi cara de vieja no sea triste, quiero tener las arrugas de la risa y llevármelas conmigo al otro mundo. Quién sabe lo que habrá que enfrentar allá.”
Punto y aparte: Hoy en la mañana recordé a esta mujer y quise traerla aquí, por si alguien necesita acompañarse el deseo de andar alegre.

Angeles Mastretta

domingo, 9 de octubre de 2011

¿Dónde están las manos de Dios?

Cuando observo el campo sin arar, cuando los aperos de labranza están olvidados, cuando la tierra está quebrada y abandonada. Cuando miro tantos niños abandonados, tantos hermanos que lloran, tantas guerras. Cuando miro las lagrimas, la baja estima, la tristeza, los odios, el inconformismo, me pregunto: ¿Dónde están las manos de Dios?.



Cuando observo la injusticia, la corrupción, el que explota al débil. Cuando veo al prepotente y pedante, enriquecerse del ignorante y del pobre, del obrero y del campesino carente de recursos para defender sus derechos, me pregunto: ¿Dónde están las manos de Dios?.


Cuando contemplo a esa anciana olvidada, cuando su mirada es nostálgica y balbucea aún palabras de amor por el hijo que la abandonó, me pregunto: ¿Dónde están las manos de Dios?.


Cuando miro a ese joven, antes fuerte y decidido, ahora embrutecido por la droga y el alcohol. Cuando veo titubeante lo que antes era una inteligencia brillante y ahora con harapos, sin rumbo, sin destino; me pregunto: ¿Dónde están las manos de Dios?.


Cuando esa chiquilla que debería soñar en fantasías, la veo arrastrar la existencia y en su rostro se refleja ya el hastío de vivir, y buscando sobrevivir se pinta la boca y se ciñe el vestido y sale a vender su cuerpo; me pregunto: ¿Dónde están las manos de Dios?.


Cuando aquél pequeño a las tres de la madrugada me ofrece su periódico o su miserable cajita de dulces sin vender. Cuando lo veo dormir en la puerta de un zaguán o debajo de algún puente titiritando de frío, con unos cuantos periódicos que cubren su frágil cuerpecito. Cuando su mirada me reclama una caricia, cuando lo veo sin esperanza vagar con la única compañía de un perro callejero, me pregunto: ¿Dónde están las manos de Dios?.


Y me enfrento a él y le pregunto: ¿Dónde están tus manos Señor?, para luchar por la justicia, para dar una caricia, un consuelo al abandonado, rescatar a la juventud de las drogas, dar amor y ternura a los olvidados.


Después de un largo silencio, escuché su voz que me reclamó: ¿No te has dado cuenta que TÚ eres mis manos?. ¡Atrévete a usarlas para lo que fueron hechas, para dar amor y alcanzar las estrellas!.


Y entonces comprendí que las manos de Dios somos TÚ y YO. Nosotros somos los que tenemos la voluntad, el conocimiento y el coraje para luchar por un mundo más humano y más justo, aquellos cuyos ideales sean más altos que no puedan acudir a la llamada del destino, aquellos que desafiando el dolor, la crítica, la blasfemia, se reten a sí mismos para ser las manos de Dios.


Señor, ahora me doy cuenta que mis manos están sin llenar, que no han dado lo que deberían dar. Te pido perdón por el amor que me diste y que no he sabido compartir. Sé que las debo usar para amar y conquistar la grandeza de la creación.


El mundo necesita esas manos llenas de ideales y estrellas, cuya obra magna sea contribuir día a día a forjar una civilización. Unas manos que busquen valores superiores, que compartan generosamente lo que Dios nos ha dado y puedan al final llegar vacías al cielo porque entregaron todo el amor para el que fueron creadas...


Y entonces Dios seguramente dirá: ESTAS, ¡SON MIS MANOS!. Bendice mis manos... Señor Dios...

jueves, 6 de octubre de 2011

Hoy soy tu sorpresa y tu dolor, el hijo no soñado, ni siquiera imaginado.
Mientras crecía en tu vientre temía los sueños y proyectos que tejían para mí y que no podría realizar. Sin embargo, si al mirarme pueden ver más allá del cuadro médico, encontrarán en mí toda la belleza que sus ojos me quieran dar, y la inteligencia que su confianza haga crecer en mí.
Puedo ser un milagro de todos los días, soy capaz de sentir, de entender, de ser... Pero los necesito a mi lado con la ternura de una sonrisa cada vez que mis manitas torpes se equivoquen, con la paciencia tierna de esperar mis tiempos más lentos, con la sabiduría de guiarme sin querer transformarme, con la protección de su respeto para que los demás me respeten como soy.
Con la alegría de disfrutar el simple hecho de amarnos y compartir nuestra vida, venciendo los prejuicios y desafiando las opiniones rígidas.
Mi cuerpo es chiquito pero está lleno de amor, y si me abrazan fuerte, muy fuerte, podré darles la razón y el valor de luchar, sólo les pido la oportunidad de crecer con amor...

miércoles, 5 de octubre de 2011


Conserva lo que tienes... olvida lo que te duele... lucha por lo que quieres...
valora lo que posees... perdona a los que te hieren y disfruta a los que te aman.
Nos pasamos la vida esperando que pase algo... y lo único que pasa es la vida,
no entendemos el valor de los momentos, hasta que se han convertido en recuerdos.
Por eso, haz lo que quieras hacer, antes de que se convierta en lo que te "gustaría" haber hecho.
No hagas de tu vida un borrador, porque tal vez no tengas tiempo de pasarlo en limpio...
NUNCA ES TARDE PARA EMPEZAR...!!!

lunes, 3 de octubre de 2011

Quien te lastima

te hace FUERTE,

quien te critica

te hace IMPORTANTE,

quien te envidia

te hace VALIOSO,

y a veces es divertido saber que,

aquellos que te desean lo peor...

tienen que soportar

que te ocurra LO MEJOR!!!